Antes de abordar las distintas formas para establecer estos vínculos, es importante tomar en cuenta que no siempre nos resulta fácil como padres mostrar un comportamiento amable y afectivo hacia nuestros hijos. Existen muchos factores que afectan la capacidad de autorregular nuestros comportamientos y nuestras emociones: las tareas del día a día, las responsabilidades, la falta de tiempo, el comportamiento a veces retador de nuestros hijos.
En este sentido, para autorregularnos y tolerar las frustraciones, es importante hacer consciente lo que nos influye emocionalmente, los que nos preocupa y lo que nos anima, con el fin de lograr una mayor confianza en nosotros mismos y una mayor aceptación de nuestras limitaciones, lo que nos va permitir aprender y ganar seguridad y asertividad.
Tomando en cuenta lo anterior, os dejamos siete modos de establecer vínculos afectivos con nuestros hijos:
1. Comprendiendo lo que quieren decir, aunque no siempre estemos de acuerdo con ello.
2. Pidiéndoles que contribuyan a hacer algo que les gusta y que, a la vez, sea positivo para todos.
3. Acariciándolos, sobretodo cuando son pequeños.
4. Jugando e interaccionando con ellos.
5. Escuchando lo que nos tengan que decir.
6. Hablándoles en un tono amable y respetuoso, y firmes cuando haya que comentarles aspectos que no les gusta oír.
7. Agradeciendo su ayuda y su esfuerzo.
Educar a los niños con cariño, respeto, amabilidad y firmeza es una tarea compleja, pero en la medida que logréis establecer estos vínculos afectivos, vuestros hijos se sentirán queridos, aceptados y respetados, y esto es la base para desarrollar todas las herramientas que van a necesitar para afrontar la vida con alegría, motivación, tolerancia, empatía y autoestima.
Con información de: Acción Familiar