Las fiestas navideñas generan en las personas emociones y sentimientos muy intensos que hacen que sea muy fácil situarnos en los extremos de amar u odiar esta época del año. Actualmente parece un mandato social el vivir estas fechas con mucha alegría y hasta con cierta euforia.
Sin embargo, muchas personas pueden no sentirse identificadas con estos sentimientos; bien sea porque hacen un recuento no tan positivo del año que han vivido, porque recuerdan a las personas que ya no están con ellos, porque están lejos de los suyos, porque reaviva situaciones conflictivas en la familia o simplemente porque se convierte en una época de mayor introspección y reflexión. Otras personas por el contrario se contagian por completo de este sentimiento y lo viven desde emociones mucho mas positivas, evitando incluso contactar con cualquier sentimiento incómodo o negativo.
En ambos casos la época navideña se convierten en un competo coctel emocional que a veces sin darnos cuenta nos atrapa en una espiral de compras, cenas, comidas, regalos y reuniones que muchas veces no sabemos ni como digerir y nos puede producir cierta inestabilidad emocional.
Por esta razón os queremos dejar algunos consejos para lograr un mayor equilibrio emocional en esta época del año.
- Intentar relativizar un poco la importancia de estas fechas. Dándole el justo valor que tienen para cada uno de nosotros.
- Aprovechar estos momentos para compartir con la familia desde el deseo y no desde la obligación ni el compromiso.
- Evitar caer en los extremos de euforia o tristeza. En el balance que hagáis del año que termina, siempre encontraréis elementos positivos que os hagan felices y otros no que no tanto pero que siempre que los integréis en vuestras vidas podréis afrontarlos y cambiarlos.
- Evitar los muy incómodos sentimientos de culpa. Pueden surgir por la sensación de no poder cumplir con las expectativas del entorno y la sociedad o con las de nuestras relaciones mas cercanas y significativas.
- Aceptar vuestros sentimientos sean positivos o negativos.
- Comunicad vuestras expectativas para evitar malentendidos. Expresar a vuestro entorno más próximo lo que esperáis y queréis en estas fechas.
- Es muy importante que os toméis un momento en medio de la acelerada agenda navideña para evitar que os agobien vuestros compromisos y para controlar un poco el estrés antes de volver a la rutina en Enero.
- Comparte con tu familia y amigos aceptándolos tal cual son para que esto pueda ser recíproco. Y, recordar éstas relaciones se alimentan durante todo el año, no solo en Navidad.
- Cuidar vuestro cuerpo, no abuséis de comida y alcohol; el ejercicio es fundamental para liberar tensiones y emociones.
- Es una buena época para practicar vuestra flexibilidad. A veces las tradiciones familiares son uy rígidas y no dan oportunidad para que se renueven. Atreveos.
- No olvidéis los pequeños detalles hacen la diferencia, no importa si dais o no un regalo o cuánto gastáis, lo fundamental es la muestra de cariño que eso representa y el efecto positivo que tiene tanto en vosotros como en quién lo recibe.
Esperamos que este pequeño artículo os ayude a entender y manejar esta lluvia de emociones que suele generar la época navideña y sobre todo que os permitáis aprovecharlas al máximo, aprender de ellas e integrarlas a vuestras vidas.