El control de esfínteres es un proceso de adquisición de los hábitos de higiene que se relacionan con la micción (hacer pis) y la defecación (hacer caca) y generalmente tiene lugar durante la infancia. Al igual que hablar, caminar y comer, el control de esfínteres no es algo que se aprende, sino que se adquiere cuando el niño está lo suficientemente maduro para ello. Es un proceso paulatino, lento y que lleva su tiempo.
En este sentido, el niño debe estar maduro físicamente (debe haber adquirido la función neuromuscular implicada en el control de la vejiga o esfínter anal), debe conocer y comprender las palabras claves: los nombres de las partes del cuerpo relacionadas con el control y los nombres que usan en su familia para referirse a la orina y las heces (pis, caca, etc.), debe reconocer cuales son las sensaciones de su cuerpo antes y después de orinar y defecar y el niño debe mostrar cierto interés en este proceso, a través de preguntas o comentarios.
Tomando en cuenta lo anterior, a continuación os presentamos algunos consejos de lo que es recomendable hacer y lo que no, en el proceso de control de esfínteres en niños:
Consejos para tomar en cuenta:
1. Conversad de este tema con vuestros hijos y enseñadles las palabras necesarias para que puedan comprender y ser comprendidos: pis, caca, vater, etc.
2. Permitid que los niños observen como lo hacéis los mayores (sus progenitores, etc.).
3. Comprad libros para niños relacionados con este tema y leedlos con ellos.
4. Observad cuáles son los movimientos que hace el niño antes de orinar (cruzar las piernas, llevarse la mano al pubis, etc.) y antes de defecar (ponerse rojo, irse a un lugar apartado, etc.). En ese momento le podéis decir: “Me parece que tienes ganas de hacer pis/caca ahora ¿verdad?"
5. Si prensáis que vuestro hijo está listo, le podéis proponer que lo intente sólo por primera vez.
6. Elogiad los éxitos con frases sencillas y quitadle importancia a los fracasos (“…no pasa nada…será para la próxima vez”).
7. El niño debe tener ropa que se pueda quitar el mismo fácilmente y debéis enseñadle a bajarse y subirse el calzoncillo o la braguita.
8. Comenzad con el control diurno, y una vez superado, seguid con el nocturno.
9. Si no veis progresos en vuestro hijo, suspended el proceso dos o tres meses e intentadlo mas tarde.
Lo que no debéis hacer
1. Presionar al niño y mostrarle ansiedad.
2. Comenzar el proceso porque es una obligación y no porque haya salido de forma natural.
3. Castigarle o hacedle sentir mal cuando haya tenido un fracaso.
4. Compararlo con otros niños o dejarlo en ridículo.
5. Obligarle a utilizar el vater, cuando le de miedo caerse por el hueco o lo que pueda haber dentro.
6. Sentarlo en el vater, aunque no tenga ganas, esperando allí.
7. Darle premios para recompensar sus logros o haced manifestaciones exageradas frente a estos.
8. Recordarle o preguntarle constantemente si quiere hacer pis o caca.
Los padres o cuidadores debéis acompañar de forma cariñosa al niño durante este proceso. El control de esfínteres se relaciona con su sentido de seguridad y autoestima, es por esto que es importante que al acompañamiento sea empático y comprensivo y que le demostréis que confiáis en sus capacidades.
Con información de: Mateo-Morales y Represas
Foto: Embarazo 10