Para responder esta pregunta y aclarar el dilema, es importante comprender de qué forma estas nuevas tecnologías pueden ser o no útiles para el desarrollo de vuestros hijos. Las nuevas tecnologías están aquí para quedarse y esto es algo que no podemos detener. Incluso en algunos colegios han comenzado a sustituir los libros por textos digitales, y es importante que tomando en cuenta esto, vosotros como padres comencéis a reflexionar acerca de lo que consideráis bueno para la familia.
Una de las cosas que solemos hacer, es documentarnos con estudios que avalen la utilidad o el daño que pueden traer consigo ciertas herramientas en el aprendizaje de los niños. En relación a este tema, no existen todavía estudios que den resultados contundentes acerca de las tecnologías. Sin embargo, algunos estudios concluyen que los niños que pasan dos o más horas al día frente al televisor o el ordenador, son más propensos a presentar dificultades psicológicas. Por otro lado, los estudios que han hecho con las aplicaciones que usualmente encontramos en el iPad o en dispositivos parecidos, dan como resultados que debido a que usualmente son creadas como herramientas para el desarrollo y aprendizaje, suelen ofrecer oportunidades para el aprendizaje de los niños. Más allá de estas investigaciones, cabe preguntarse ¿vosotros como padres deberíais evaluar las aplicaciones que utilizan vuestros hijos en los móviles u otros dispositivos?
La meta de la interacción de un niño con estos dispositivos, debe ser el servir como herramienta para aprender nuevos conceptos, organizar y formular ideas y apoyarlos en la comunicación y en el desarrollo de habilidades. La clave para que estos dispositivos sean beneficiosos, es la interacción y la participación del adulto cuando el niño está interactuando con estas herramientas, ya que en líneas generales, y no solo en relación a las nuevas tecnologías, el moldeamiento de un adulto aporta más al aprendizaje adecuado del niño, que si dicha tarea de aprendizaje se diera mientras el adulto observa pasivamente.
El adulto debe estar presente para ayudar al niño a comprender los conceptos generales, con el fin de que el niño no se quede atascado en las imágenes excitantes y el rápido ritmo que pueda generar la aplicación. La buenas aplicaciones o juegos deberían facilitar la interacción entre los padres y los niños mientras se juega, en vez de interferir con dicha interacción. Sin embargo, aunque esto refleja el ideal de actuación, en ocasiones la realidad no permite este ritmo. Lo importante es lograr un equilibrio: si por ejemplo, un niño pasa mucho tiempo frente a un ordenador en un día lluvioso, o en un día donde se encuentre enfermo, intentad que se concentre en otras actividades los días posteriores. Es importante que vosotros como padres no os castiguéis a sí mismos, ya que es razonable, que el ritmo de vida que se lleva cuando se tienen hijos, agradece que existan estos dispositivos que permitan obtener un tiempo extra de paz en casa.
Finalmente os preguntamos ¿Vosotros cómo soléis resolver este dilema?
Con información de: Nancy Ferrari
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