Estos síntomas "inusuales" son en realidad bastante comunes y pueden enmascarar la depresión y retrasar un diagnóstico. Por ejemplo, a veces es difícil diagnosticar la depresión en personas mayores ya que no suelen expresar que están deprimidas. Lo que ocurre es que usualmente presentan síntomas físicos que no suelen asociar a sus sentimientos: dolor, problemas de memoria, dificultades para dormir o cambios de apetito. En esta población incluso es mas probable que sea difícil de diagnosticar una depresión, ya que esta generación abriga un estigma en relación a la enfermedad mental, que hace que quieran ocultar ciertos síntomas o sentimientos.
Para determinar una depresión, se pueden buscar otros síntomas además de la tristeza:
- Problemas para dormir
- Falta de energía
- Problemas para concentrarse
- Indecisión
- Pérdida de memoria
- Pérdida de apetito
- Cambios importantes en el peso
- Dolores y molestias que no desaparecen
La depresión aparece y crece paulatinamente, causando repercusiones que amplían la tristeza y la hacen más persistente, afectando la calidad de vida e incluso la capacidad funcional de la persona. Es por esto que es tan importante el no ignorar sus síntomas y buscar ayuda.
Si tienes uno o varios de los síntomas mencionados en este artículo, que no pueden ser atribuidos a alguna enfermedad o dolencia, el buscar apoyo en alguien que pueda ayudarte a determinar si es una depresión es ya un gran paso.
Recuerda que la aplicación de un tratamiento efectivo a la mayor brevedad posible se asocia con una notable reducción del sufrimiento físico y con un mayor sentimiento de bienestar y rápida recuperación.
Con información de Stephanie Watson