Muchas veces estas personas suelen ser celosas, inseguras e irritables. Estos comportamientos pueden estar relacionados con problemas de autoestima y carencias emocionales que muchas veces suelen proyectar en los demás, sobre todo en sus relaciones más intimas, bien sean de amistad o de pareja. Con frecuencia intentan denigrar al otro para sentirse mejor consigo mismo. Según el autor Bernardo Stamateas, por regla general, estas personas agigantan vuestros errores y reducen al máximo vuestros logros. Persiguen un objetivo: conseguir poder y control sobre todo y todos. Son esas personas que piensan que sólo ellos tienen razón y que sólo ellos saben cómo han de hacerse las cosas.
Lilliam Glass en su libro Relaciones tóxicas: 10 maneras de tratar con las personas que complican tu vida plantea que todas las personas somos susceptibles a caer en este tipo de relaciones pero que es más frecuente en aquellos/as con personalidad maternal y protectora, profesiones de ayuda a los otros y personas receptivas al maltrato y víctimas de por sí, donde lamentablemente según las estadísticas en su mayoría se trata de mujeres.
Bernardo Stamateas asegura que se puede y se debe evitar que este tipo de personas tomen el control de la vida de otras personas. Primero, identificándolas, y segundo, reforzando la autoestima y adquiriendo estrategias para no caer en esta situación tan desgastante. Pero cuando la situación compromete la salud o la estabilidad emocional, los terapeutas aconsejan alejarse de esas personas o ambientes para evitar convertirnos en una persona tóxica también.
Otro punto de vista sobre las personas o relaciones tóxicas es el que plantea el psicólogo clínico y consultor Juan Cruz. Plantea que esto no es algo tan sencillo ya que, en su opinión, no existen personas tóxicas sino situaciones tóxicas. Expresa que "En ocasiones son las emociones como el miedo o la angustia las que hacen reaccionar al individuo de manera muy negativa". A su juicio, el exceso de estímulos negativos está modificando los estados emocionales de las personas y, por tanto, alterando su bioquímica cerebral al producir más adrenalina y cortisol a causa del estrés. Explica que "se generan situaciones de miedo, frustración, ansiedad y en definitiva, un cuadro de estrés que intoxican a la personas a nivel emocional, bioquímico y físico". Explica que no es tema de forma de ser, sino que en la vida todos podemos ser venenosos alguna vez y lo más importante que debéis tomar en cuenta es que siempre es posible salir de una situación así.
En nuestro próximo artículo sobre personas o situaciones tóxicas hablaremos de algunas tipologías que se han descrito y de algunos antídotos tanto para no caer en relaciones tóxicas como para evitar convertirnos en esa persona tóxica para otro.